sábado, 10 de febrero de 2024

Volver a mirar (III)

 Segunda Parte  

“Hacia una revolución respetuosa en la crianza” 

En esta segunda parte el autor nos entregará una reflexión acerca de lo que él considera lo relevante para modificar nuestras prácticas de crianza, pero no desde los “tips” o las guías y consejos a realizar, ya que considera que estamos inundados de talleres y libros acerca de consejos que en realidad ya está comprobado que no podemos tener fórmulas sin considerar la complejidad de cada niño y niña, en cuanto a su temperamento, desarrollo cognitivo, socioemocional, características de los padres, historia familiar, etc. Así como también, señala que hasta el momento no existe investigación que asegure que eso se puede realizar, ni tampoco algún investigador se atrevería a realizarlo, salvo algunos con resultados e intervenciones terroríficas.  

Felipe hace alusión a cómo en nuestra sociedad la crianza funciona en base al control y a la prohibición, donde las preguntas de los padres y madres casi siempre tiene relación con “no me hace caso, como lo hago para que entienda, yo le digo 10 veces las cosas”, cosas que en lo personal en terapia me han sucedido cuando les pregunto a los padres como analizan el seguimiento de la terapia señalando “si, ahora está haciendo más caso”.  

Por lo que considera que los padres buscan estos tips o consejos, porque no tienen tiempo para relacionarnos, donde tanto hijos como padres tenemos los mismos horarios de oficina donde pasamos todo el día fuera del hogar, sin calidad para compartir e invertir en nuestros hijos. Uno del gran consejo reflexivo que nos entrega es: si nosotros podemos ver el mundo con la mente del niño (mentalización), no necesita seguir escribiendo el libro, sin embargo, esta es una capacidad que es muy difícil de ejecutar ya que si pienso que está sintiendo, pensando mi hijo, que le está molestando es probable que muchos padres consideren como innecesario o bien desde su superioridad como “adulto” consideren que no sirve porque los niños son "inmaduros que no saben de la vida".  


El autor escribe en mayúscula: “PERO EN SERIO, HAGAN ESE EJERCICIO, NO UNA VEZ, SINO VARIAS VECES, Y VERÁN CÓMO ESA COMPRENSIÓN DE LA MENTE DEL NIÑO LES AYUDA Y DESESTRESA A TODOS EN LA FAMILIA”. 


En el siguiente capítulo, el autor nos enseña otras características básicas con respecto a la crianza necesarias desde el mundo de la infancia y de la interacción con los adultos. A esto lo llama el tridente de la autenticidad. Los elementos de este tridente los explica a partir de casos reales, que en realidad recomiendo al lector que las pueda leer de forma detenida, y reflexiva, como tampoco quiero revelar un contenido enriquecedor que este libro nos entrega.  

  

En el capítulo 8, el autor realiza otra crítica hacia lo que tiene que ver con la crianza describiendo lo que denomina la paradoja de la crianza, ¿en que consiste?, tiene relación con la forma de cómo criamos y educamos donde como ya había sido revelado en los primeros capítulos vamos desarrollando el síndrome internalizante desde muy chicos y que trae como consecuencia la conformación de adultos enfermos, con baja capacidad de productividad, es aquí donde esta la paradoja, ya que lo que supuestamente el mundo nos pide es justamente adultos productivos, creativos, reflexivos, que expresen, opinen, cuestionen, es decir, todo lo contrario, a lo que estamos haciendo en nuestra forma de criar y de enseñar. En este punto el autor hace una cita a una investigación llamada INVESTIGACIÓN TRASLACIONAL PARA PREVENIR INTERNALIZAR LOS PROBLEMAS TEMPRANOS EN LA INFANCIA, lo que esta investigación refleja es cómo los síntomas Internalizantes comienzan ha impactar en la salud mental y a influir en la baja productividad de las personas junto con el deterioro del bienestar social y socioeconómico de un país. Me gustaría en otro trabajo poder hablar sobre este esta investigación.  

 

En el último capítulo, el autor nos propone un juego sobre el cuidado de la infancia, nos entrega cuatro pistas para revelar el mapa de la crianza, las pistas son: el 22%, los cabezones, las abuelas y los otros, y mejor acompañado que solo.  

  

A partir de cada una de estas pistas que desglosa, explica y donde nos entrega mucha información valiosa e integrativa y compleja, pero no compleja en cuanto a dificultad sino porque el autor abarca muchas perspectivas para describir que necesita el ser humano en su desarrollo, desde la evolución, la antropología, la filosofía, psicoinmunología, las neurociencias, etnopediatría, etc.  


Las explicaré cada una de estas pistas de forma muy breve y claramente no con toda la capacidad que tiene el autor para facilitar su comprensión y que nuevamente sugiero al lector adentrarse en su lectura. 


Los cabezones: tenemos el cerebro más grande de todas las especies, y de forma evolutiva hemos desarrollado la neocorteza en mayor medida que otras especies, lo que nos da la capacidad para adaptarnos al mundo social, desarrollando lenguaje, comunicación, empatía, procesamiento cognitivo abstracto y reflexivo, y sentido del tiempo. Como dato que me explotó la neo corteza, cito: “los últimos estudios sobre la evolución de la neocorteza han mostrado que es muy probable que las mujeres hayan contribuido en mayor medida al tamaño de la neocorteza en relación a los hombres (Dunbar, 2013)”[1] 


Las abuelas y los otros: Nos introduce el concepto de alopatría que tiene que ver con la práctica de la crianza compartida con otros integrantes de la familia, como abuelos, tíos, amigos, hermanos, etc. Cuestión que realizaban nuestros antepasados y que cada vez hemos perdido entregando mayor responsabilidad a las madres quienes se estresan más y se auto culpan más ya que al haber situaciones en donde no pueden lidiar por tiempo o por estrés emocional surge la culpa como cuestionamiento a su rol y su responsabilidad. 


Mejor acompañados que solos: se refiere al surgimiento de la colaboración y ayuda mutua como … 

  

Continuará…. 

 

 

[1] Lecannelier, F. 2021. 

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