viernes, 9 de febrero de 2024

El amor por Juan Luis Linares


En el apartado llamado “nutrición relacional” del libro Terapia de Familia Ultramoderna, el autor describe el concepto del amor indicando primero por que el amor ha resistido a la mayoría de los teóricos de la psicoterapia, ya que posee una enorme cantidad de atribuciones que se ha acumulado a lo largo de siglos en distintas especialidades como la literatura, filosofía, religión, etc., lo que nos lleva a un montón de representaciones acerca de este concepto desde un amor romántico, místico, heroico, siendo el denominador común la intensidad y apasionamiento como características.

Ahora bien, para los terapeutas y para la ciencia, el amor más allá de ser un proceso biológico adaptativo y neuroquímico es una variable que presenta complejidades en su operatividad debido a la riqueza conceptual y emocional que presenta.

Para Linares el amor tiene tres elementos: el cognitivo, el emocional y el pragmático.

El amor cognitivo

El reconocimiento: Se define como la aceptación de la existencia del otro, implicando en cierto modo limitar la propia, es decir, reconocer las necesidades del otro y aceptar su individualidad sin imponer la propia visión. Por ejemplo, cuando los padres quieren que los hijos cumplan sus propias expectativas imponiendo sus deseos, intereses y gustos y no de los hijos, lo que en casos extremos puede llegar a la que denomina la desconfirmación, donde el hijo/a pierde su existencia.

La valoración: implica apreciar las cualidades del otro, incluso si son distintas de las propias. Esto puede manifestarse en el reconocimiento y aprecio de las habilidades, logros y características únicas de la persona amada. Donde no hay valoración hay descalificación, donde el desprecio, la crítica, humillación al otro parece ser la forma de autoafirmarse.

Estos ejemplos ilustran cómo el amor cognitivo implica una comprensión y aprecio profunda de la individualidad y de las cualidades del otro, es decir, acepto que eres una persona con gustos e intereses propios, y a la vez valoro tus gustos, deseos, e intereses propios.

A los amantes del septimo arte, un ejemplo claro de esto es la película, el Cisne Negro del director Darren Aronofsky, en cuanto a la relación de la protagonista con su madre.

El amor emocional

El cariño y la ternura: Se refiere a los sentimientos de entrega y disponibilidad hacia el otro,  incluyendo en situaciones extremas el sacrificio de la propia vida señala el autor. Estos sentimientos son vulnerables en el corto plazo, pero resistentes en el largo plazo. Linares refiere que es la experiencia subjetiva de sentirse conectado y comprometido emocionalmente con otra persona. Estos sentimientos son comparables a lo que desde el modelo ODISEA de la parentalidad refieren a la calidez emocional en cuanto a las competencias vinculares. O desde el modelo de los buenos tratos de Barudy y Dantagnan en lo que se refiere a las capacidades de apegarse, de empatía y sensibilidad.

El bloqueo de estos sentimientos puede dar lugar a la indiferencia, pero también puede conducir a emociones inversas como la irritación y el hipercriticismo, lo que aparece a menudo en contextos donde los hijos se encuentran triangulados ya que son percibidos por uno de los padres como quien los traiciona, por estar aliado con el padre/madre antagonista.

El amor pragmático

La sociabilización: es la capacidad de los padres para garantizar el desarrollo social de sus hijos. Esta tiene dos caras que es la protección y la normatividad.

En la protección los padres defienden y cuidan a sus hijos de posibles agresiones del entorno social y por la normatividad los padres le enseñan a sus hijos como deben tratar a los otros y como sostener vinculos estrechos y estables. El exceso o defecto de ambos son disfuncionales.

El autor nos presente el siguiente cuadro:

Por un lado, la variable protección en sus extremos ya sea la desprotección como la (pseudo) hiperprotección. Y por otro lado, las variables hiponormatividad y su extremo la hipernormatividad.

Familias multiproblemáticas: donde encontramos desajustes graves en la sociabilización, son hijos/as con padres que no los protegen de su entorno, como tampoco les entregan o enseñan acerca del ajuste a la norma y el buen trato social hacia los otros.

Depresión mayor: donde encontramos desprotección de los padres, pero con una alta exigencia de ajuste a la normas y expectativas.

Trast. Límite de la personalidad: caracteriza a una modalidad de deprivación ya que son padres muy exigentes, controladores y poco valoradores de sus hijos/as, siendo el rechazo lo que predomina, es decir, se encuentran como dice el autor en “tierra de nadie”, ya que los padres ejercen sus funciones parentales pero fracasan en su desempeño. El rechazo y la hiperprotección crean un entramado paradójico, ya que se le consiente pero para evitar el contacto o conflicto. Esta combinación de pseudoprotección y rechazo es el caldo de cultivo del fracaso de la normatividad, lo que trae como consecuencia la falta de adecuación a las normas sociales y dificultades en el sostenimiento de relaciones sociales significativas y duraderas.

“Y, finalmente, las combinaciones de hipernormatividad e hiperprotección son carac- terísticas de los ambientes triangulados que constituyen el trasfondo de los trastornos neuróticos y psicóticos”. (Linares, 2012).

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